el primer recelo lo tengo cuando veo muchas personas que no son ni músicos. resulta que es una escuela de artes escénicas y los alumnos se apuntan a lo que sea, sean actores, músicos o bailarines.
me sorprende también que hubiera pocos bajistas, nos conocíamos cuatro y supongo que alguno más habría, pero me da que pensar que ni siquiera uno de los bajistas más eminentes que hay tenga poder de convocatoria.
la máster class empieza, como viene siendo habitual, con Richard tocando en solitario. tras unos un primer tema, aparece la primera mano levantada.
la primera pregunta que recibe es sobre qué artistas africanos debería escuchar una persona para adentrarse en esa cultura musical, a lo que richard bona responde contando su experiencia de por qué toca el bajo y como llega desde un pueblo de Camerún hasta N.Y.
consigo colarle mi habitual pregunta de si tiene alguna rutina para practicar a lo que me responde que no. que él se levanta y se pone a tocar y que cuando se encuentra alguna dificultad trabaja en ella. (curiosamente lo mismo que me respondió Gary Willis, empiezo a ver un patrón).
algunas preguntas más, casi ninguna sobre música.
Richard se dedica a contar experiencias suyas en la india y con artistas varios.
el mejor momento, cuando demuestra que todos los botones de su bajo excepto el de volumen y un interruptor que usa como mute están desconectados:

sí señores, toda esa botonería no sirve para ná, que lo sepáis.
algunas frases sobre lo que piensa de la TV, los políticos y los alienígienas y poca cosa más. luego hay una jam en la que me odio a mí mismo por no haberme llevado el bajo para subirme a tocar.
mencionar un momento en el que una alumna que apenas tocaba el piano se sube a improvisar algo, y los mismos que decían que estarían acojonados de subirse, se ríen de su torpeza y a mí me entran las ganas de cortar alguna cabeza para erradicar un poco la estupidez humana sobre la faz de la tierra.
conclusión, me voy algo decepcionado ya que pensaba traerme a casa ejercicios para currar, ideas en las que pensar, y fue algo más parecido a un miniconcierto privado con turnos de preguntas y anécdotas existenciales varias. con mi disco autografiado, eso sí.