Aunque trabajamos con cualquier marca y modelo, nuestra especialidad es Rickenbacker de la cual tenemos un amplio stock de accesorios originales y estamos en contacto constante con proveedores autorizados y con RIC Int. Corp. para resolver todas las cuestiones técnicas que surjan.
En los 15 años que llevamos trabajando hemos realizado muchas restauraciones de instrumentos Rickenbacker, pero solo recientemente nos hemos preocupado más por dejar constancia gráfica de cada proyecto. en nuestra web podreis ver algunos de los trabajos más recientes, pero aquí os dejo uno que nos gustó especialmente por lo mítico que resulta el bajo que reprodujimos.
El encargo consistía en realizar una customización muy especial, transformando un 4003S de serie, en una réplica del buscadisimo Blackstar.
Se partió de un 4003S que estaba mal repintado de negro, por lo que se tuvo que decapar completamente a fin de obtener un buen trabajo de lacado.
Es el cuerpo que aparece en el centro de la imagen.
Una vez decapado, y tras muchisimas horas de lijado para dejar la madera completamente lisa, se procedió al lacado en negro.
El trabajo de pintura en nitro necesitó casi tres meses.
La idea inicial consistía en lacar también el diapasón, pues el Blackstar original lo lleva pintado de negro.
Rickenbacker hace el lacado de los mástiles directamente sobre la madera con los trastes instalados, y esa era mi idea, pero dejándome convencer por los consejos de un luthier amigo mío, decidimos retirar los trastes y lacar el diapasón sin ellos a fin de obtener un mejor resultado.
Al principio parecía que la cosa iba a ir bien, pero al empezar a colocar los trastes nuevos, nos dimos cuenta inmediatamente de que acabaríamos teniendo problemas para ajustarlos, nivelarlos y pulirlos, ya que con estas operaciones dañaríamos la laca una y otra vez, y la restauración de la misma lleva mucho tiempo.
Así que decidimos cortar por lo sano, y cambiar completamente el diapasón por uno de ébano.
De esta forma respetaríamos la idea del diapasón negro, pero obteniendo mejor calidad de acabado y de sonido. Nos apartábamos un poco de la idea de réplica exacta del bajo original, pero nos sedujo la idea de hacer una versión mejorada del bajo de Rickenbacker, sin perder con ello la imagen del modelo.
Estuvimos varias semanas valorando esta opción, buscando la madera adecuada para este trabajo y preparando las plantillas exactas.

Con las decisiones tomadas, nos pusimos manos a la obra.
Lo cierto es que hicimos dos diapasones, uno a partir de plantillas tomadas directamente del mástil, y otro mediante una copiadora y usando el diapasón original como plantilla.
Al final usamos el que encajaba mejor.
Nos pasamos casi dos semanas lijando el ébano hasta darle la curvatura de diapasón adecuada y un pulido perfecto.
No se es consciente de lo dura que es esta madera hasta que toca rebajar 3 milímetros a base de lija manual.
Pero el resultado final es precioso.
Luego pusimos trastes, pulimos, nivelamos, volvimos a pulir, y encolamos la pieza en el mástil.
El Blackstar original lleva los puntos del diapasón marcados mediante unos inlay circulares diminutos, pero nosotros decidimos no poner ninguno para enfatizar su aspecto siniestro. Nos gustaba la idea de eliminar cualquier marca en el diapasón, e incluso pusimos trastes más pequeños para que el color negro tuviera más protagonismo.
Ya solo quedaba pintar los cantos del mástil.
Como al sacar el diapasón original tuvimos que lijar una pequeña franja de madera de los laterales del mástil, el lacado negro se perdió y ahora teníamos que reponerlo.
Este tipo de trabajos son lentos y muy delicados.
Y por fin, tras varios meses de trabajo invertidos, el esperado resultado.
Un Blackstar con diapasón de ébano, acabados de lujo, y un sonido excepcional.
